Omar Naboulsi Hernández
Cuando una persona pasa de los 65 años parece condenada al letargo más absoluto. Los viajes del Imserso, una aburrida a la par que casposa parrilla televisiva y las tardes de brisca parecen convertirse en la monótona rutina para la gente mayor. No obstante, algunos se resisten a desperdiciar sus días y han decidido movilizarse para protestar contra lo que ellos califican como abusos de la banca y la política. Se trata de los Yayoflautas , un colectivo cada vez más famoso en el estado español que ha conseguido cautivar a las masas y recibir el apoyo de todo un país. Todo empezó en el barrio barcelonés de Gracia en el año 2012 y desde entonces las movilizaciones en toda España se producen casi a diario.
Precisamente el pasado de 15 de marzo el colectivo llevo a cabo una movilización en la Plaça Sant Jaume de Barcelona. Dicha movilización tenía un doble propósito, la queja perenne sobre las subidas en el coste del transporte público en Cataluña y la conmemoración del segundo aniversario del ya archiconocido movimiento 15-M.
El acto, tal y como era de prever, contó con la asistencia de centenares de personas que acudieron a Plaça Sant Jaume con el espíritu reivindicativo característico de esta organización. Asimismo, cabe destacar que el público asistente fue de lo más variopinto, gente de diversas edades y clase social unida por el sentimiento de lucha ante un sistema que ven como poco a poco les priva de los pocos bienes que han podido acumular a lo largo de los años.
Durante la movilización se podía percibir una calma tensa, los manifestantes de avanzada edad afrontan sin temor las posibles acciones de la policía, ya que tal y como dicen ellos “en mi época los grises eran mucho peores”. Apoyados en ese argumento y en que a la mayoría de los agentes se muestran reticentes a realizar cargas contra personas mayores, en la manifestación no se produjo ningún incidente violento ni existió ninguna intervención de los cuerpos de seguridad del estado.
El hecho destacable que más me chocó del acto fue que los líderes visibles del colectivo se subían a la típica plataforma montada para este tipo de movilizaciones para ofrecer breves charlas arengadoras pero no se presentaban ni revelaban su nombre, ya que a su parecer únicamente hablaban para dar a conocer las ideas del grupo, sin dar importancia a la identidad del que las propaga.
En definitiva, un bello acto que se llevo a cabo para conmemorar una de las movilizaciones españolas que sin duda alguna se llegarán a incluir en los libros de historia, ya que tanto el 15-M en general y los Yayoflautas en particular los podemos calificar como dos fenómenos que quedarán en el recuerdo.