Un reportaje de Jordi Mèlich, Omar Naboulsi, Rubén Moreno y Natàlia Morales
En el seno de una sociedad que empuja a las personas de avanzada edad a un retiro paulatino de sus funciones vitales, resiste un grupo de combatientes y desobedientes que se está ganando el respeto de media Europa. Se trata de los Yayoflautas , un colectivo cada vez más afianzado a nivel nacional e internacional que ha conseguido cautivar a las masas y recibir el apoyo de diversas organizaciones.
3 años de movimiento
La historia del nacimiento del colectivo es cuanto menos curiosa. El colectivo realizó su primera acción el 27 de octubre de 2011, el grupo original eran 14 personas que se encontraban en Plaza Cataluña y empezaban a hablar sobre los jóvenes y su falta de implicación social. Durante el 15-M surgió un grupo de gente mayor de carácter corporativo que se dedicaba más a las pensiones. En ese momento algunos pensaron en organizar un colectivo que se implicase en más causas, con la idea de que hay cosas que la gente mayor puede hacer cosas que los jóvenes no pueden y viceversa. Su planteamiento era utilizar las redes sociales y la prensa para crear conciencia social, levantar expectativas y hacer ver a la gente que se pueden hacer cosas. Algunos de los miembros están formados políticamente y sindicalmente, por lo tanto cuentan con la experiencia que les falta a los más jóvenes. Con esa experiencia creaban conciencia social y hacían que el movimiento 15-M no se viese como cuatro desarrapados anti sistema que demandaban la cabeza del presidente del gobierno (tal y como algunos medios querían hacernos ver).
Fue entonces cuando se establecieron definitivamente como un colectivo en el barrio barcelonés de Gracia en el año 2012 aprovechando el revuelo mediático y las repercusiones sociales que existieron a partir del Movimiento 15-M.
Desde entonces las movilizaciones en toda España se producen casi a diario a causa de la tremenda organización de la que disfruta el colectivo. La comunicación entre los colectivos de diferentes ciudades es tal que mensualmente deciden el motivo y los lugares donde van a realizar los actos de desobediencia civil.
Por otra parte hay que destacar el origen del nombre del colectivo, el cual hace un juego de palabras con el mote despectivo “perroflauta” utilizado para catalogar a cierto sector de la sociedad. El caso es que todo nace de unas declaraciones de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la cual afirmó que todo el que participaba en el Movimiento 15-M era un perrofolauta. En base a eso, en una cena en un restaurante chino del colectivo inicial de genta mayor alguien propuso el nombre de Yayoflautas. Dicho nombre al principio fue únicamente un chiste, una forma de autodenominarse jocosamente que con el paso del tiempo tuvo mucho tirón entre los medios de comunicación y que acabó siendo el nombre de la organización.
Actualmente en Barcelona los Yayoflautas cuentan con el apoyo de unas 700 personas, de las cuales 100 o 150 acuden regularmente a las acciones de desobediencia civil. Lo más destacable es que han surgido organizaciones similares en Alemania, Holanda, Inglaterra y Francia, por lo que podríamos decir que poco a poco el colectivo se está convirtiendo en un fenómeno global, atravesando inesperadamente fronteras.
Asimismo, lo verdaderamente admirable de este colectivo es que ellos tienen la vida hecha, están luchando por las pensiones de los jóvenes de ahora. Uno de los elementos básicos de la vejez es que la sociedad les quita de en medio, empuja a los mayores a viajar con el INSERSO, a jugar a la petanca o a descansar en un casal. Por no hablar del trabajo contra la soledad en este colectivo, ya que los ancianos no están solos sino que surgen amistades. Muestra de ello es que ha surgido un coro de yayoflautas que cantaba en las manifestaciones y que acaban de grabar un CD. Esta gente mayor ha encontrado un punto de apoyo, una manera de acabar con la soledad. Por otra parte, el sentido de utilidad es inmediato, ya que no se sienten retirados de la vida pública.
El dato más importante es que muchos de los abuelos y abuelas que entran a formar parte del colectivo dejan de tomar medicinas antidepresivas, ya que no se sienten solos porque organizan comidas, excursiones y protestas a nivel nacional e internacional.
Los objetivos
Los Yayoflautas tienen un objetivo principal que es lo que les motiva a no parar de luchar día tras día: que sus hijos y sus nietos puedan vivir en un mundo mejor. Asustados ante la realidad que nos está tocando vivir, los Yayoflautas quieren proteger a las nuevas generaciones de la injusticia social y llevarles hacia una democracia digna.
Después de años de fuertes reivindicaciones durante y tras la dictadura de Franco, los Yayoflautas sufren al ver peligrar todos aquellos derechos que la sociedad pudo adquirir gracias a la lucha constante de un gran grupo de personas. “Es muy triste que después de que gente como nosotros haya luchado durante años por unas mejoras sociales, una sanidad, una educación…, ahora en dos días nos las hayan arrebatado”, comenta Luis Romero, fundador de CCOO en Cataluña y miembro de los Yayoflautas actualmente. Es por ello que otro de los objetivos de los Yayoflautas es animar a las generaciones más jóvenes a acompañarles en su lucha y enseñarles y demostrarles que si, años atrás, unidos consiguieron una sociedad mejor, hoy también se puede.
Tal y como consta en su Manifiesto, la lucha de los Yayoflautas incluye diversas causas sociales que deben mejorar inmediatamente. Su presencia en la mayoría de manifestaciones convocadas constata que los Yayoflautas quieren acabar con los recortes. La no-privatización de los servicios de sanidad o educación, o lo que queda del Estado del Bienestar son algunos de los motivos principales por los que luchar.
Por otro lado, pretenden acabar con los múltiples desahucios que se están realizando actualmente. Existen una gran cantidad de casas vacías en todo el estado español, y revindican que en muchas de ellas podrían vivir familias enteras sin una vivienda digna. Además quieren informar de la vergonzosa gestión de los bancos. Están conduciendo a los pequeños negocios y a los trabajadores autónomos a la depresión económica, les niegan créditos, provocan el desempleo masivo, y la bajada en picado del salario de muchos. Por si fuera poco, los bancos españoles se están quedando con las pensiones de muchas personas mayores, un tema que les toca muy de cerca. Con el objetivo de informar y advertir a los mayores sobre esta situación, realizan charlas en casales con bastante frecuencia.
En definitiva, la razón de existir de los Yayoflautas es la de mejorar el mundo en el que vivimos actualmente. Lo que les diferencian de otro tipo de organizaciones son sus años de experiencia luchando ante las injusticias. Sus inagotables ganas de mejorar dan a las generaciones jóvenes una gran lección en cuanto a conformismo se refiere. No constituyen ningún partido político ni se lucran con lo que hacen. Únicamente quieren aportar su grano de arena en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, y animar a los jóvenes a salir a la calle a protestar, igual que hacen ellos.
Las “travesuras” de los yayoflautas
Los yayoflautas constituyen uno de los movimientos sociales más activos en los últimos años. Desde su primera acción en 2011, ya son 38 las veces que han realizado lo que ellos llaman “travesuras”. Sus actuaciones suelen ser ocupaciones a diversas entidades o lugares simbólicos para denunciar abusos de poder y protestar contra las políticas de recortes de los últimos tiempos.
La primera de ellas fue el 27 de Octubre de 2011. Se trata de una ocupación en la central del Banco Santander (Barcelona). La protesta fue contra la especulación y la oligarquía financiera, sumándose al “Día de acción contra los bancos” convocado por el movimiento. El procedimiento nos explica Felipe Aranguren es el mismo: “Hay un grupo de acción prepara la misma de forma secreta, nadie sabe qué va hacer. Se citan a los yayoflautas a tres manzanas del sitio donde se vaya a producir la acción y después se les desvía hacia el punto deseado. Antes durante las acciones entrabamos todos en el lugar fijado, ahora lo que hacemos es entrar 15 o 20 personas y dejar el resto fuera para que se nos visualice.” Felipe cuenta que la clandestinidad surge a raíz de las primeras acciones: “Queríamos ocupar un banco y cuando llegábamos la policía nos estaba esperando”. Entonces comenzaron a utilizar otro tipo de estrategias. “Aprovechamos ciertas pautas de clandestinidad que nos vienen de la época de Franco, donde no citábamos el lugar de las acciones. De tal manera, en muchos casos hemos pillado por sorpresa a la policía, ya que por mucho que sepan qué vas a hacer no saben el dónde.” explica Felipe.
Las entidades bancarias han sido blanco de numerosas acciones de los yayoflautas. Una de ellas, Bankia en diversas acciones contra su ex directivo Rodrigo Rato (1 y 14 de junio de 2012). También La Caixa i Catalunya Caixa han sido objeto de ocupaciones. Luís Romero lo justifica “buscamos que la banca se convierta en una banca ética, pública y social”. También el sector financiero ha recibido travesuras de los yayoflautas. El 21 de septiembre de 2012 los yayoflautas ocuparon la bolsa de Barcelona, realizando una de sus acciones más simbólicas. Romero relata el suceso como “un gran día”. Cuenta que “conseguimos que incluso el director general de la Bolsa nos recibiera y tuviera que escuchar nuestras peticiones”. Sin embargo también recuerda la tensión con la policía “la policía nos quiso detener porque nos negamos a identificarnos. Sin embargo, pese a toda la tensión, nuestra presión logró que nos dejaran marchar tranquilos a todos”.
En este sentido también se realizó otro de sus actos con más repercusión: La ocupación del Parlament. Adrián Rísquez explica que “fue una acción complicada porque estábamos invitados al pleno pero no pudimos ir con los chalecos y las pancartas las tuvimos que esconder.” Para entrar, recibieron “la invitación de algún grupo parlamentario amigo nuestro”. Una vez allí, en el pleno “comenzamos nuestra protesta pero obviamente nos echaron enseguida”. La protesta se centró en “hacer ver nuestro descontento sobre los presupuestos aprobados para el 2014 y exigir hablar con la presidenta del Parlament” explica Rísquez.
Otras entidades que han ocupado los yayoflautas han sido FECSA-ENDESA, Foment del Treball Nacional, l’Autoritat Metropolitana del Tranport, Subdelegación de Gobierno, l’Institut Català de la Salut o el Departament de Salut de la Generalitat.
Repercusión social i mediática
Este colectivo ha tenido un gran impacto en la sociedad y los medios de comunicación, dado el hecho que se trate de un colectivo de persones mayores. Engendrados en el calor del 15-M, muchos de ellos son grandes luchadores que ya se tuvieron que enfrentar a la represión de la etapa franquista. Sus pensamientos son muy similares a los de cualquier otra organización similar, pero ellos poseen más poder de influencia gracias a su edad. Son jubilados, abuelos, que luchan por sus derechos y los de las generaciones que les siguen. Su aspecto endeble y afable no pasa desapercibido; son uno d los grupos que más llama la atención en cualquier protesta, por masiva que sea.
La sociedad, en gran parte, les apoya. Los Yayoflautas consiguen despertar muchas simpatías gracias a su carisma y su apariencia. Además, son muy respetados. La gente les admira. Es de admirar que tras muchos años de todo tipo de vivencias y pudiendo disfrutar tranquilamente de su jubilación, luchen para mejorar un mundo que prácticamente no van a disfrutar. Felipe Aranguren, responsable de la prensa y comunicación del colectivo, le quita mérito a sus hazañas: “Puedes pasarte el día jugando a la petanca, participar en la acción mensual sin problemas”.
Muchos colectivos relacionados les apoyan. Son un referente a nivel social, muchos sueñan con mantener el espíritu combativo tal y como lo hacen los Yayoflautas. Además, la llegada de éste movimiento social ha sido muy positiva para mucha gente mayor, de edades similares a los Yayoflautas. “Mucha gente mayor cae en la soledad, y en este colectivo la gente no está sola, surgen amistades” afirma Aranguren. Y añade que muchos abuelos que pasan a formar parte del colectivo han dejado de tomar las medicaciones antidepresivas que usaban para hacer frente a su soledad.
Los medios de comunicación también les han dado mucho apoyo. Parece que éste apoyo es bastante menos desinteresado que el social. En sus incios, no gozaron de gran repercusión mediática. Como dice Adrián Risquez: “Cuando empezamos, los medios creían que éramos un grupo de gente mayor que se aburría y salía a la calle. Ahora ya se han dado cuenta de que somos un grupo con un ideal político”. Más adelante, se dieron cuenta de la gran audiencia que los mismos les podían dar.
Las imágenes de los Yayoflautas siempre transmiten más que los de jóvenes reivindicando las mismas ideas. Todos estamos acostumbrados a ver jóvenes manifestándose y mostrando su malestar. Pero no es tan común (aunque los Yayoflautas lo hayan popularizado y normalizado) ver a un grupo de octogenarios gritando por sus derechos y ocupando las oficinas de todo tipo de entidades.
Además, los medios de comunicación tienen especial interés en cubrir los actos de los Yayoflautas por otro motivo. “Ellos siempre están dispuestos a que haya follón y a poderlo demostrar. Yo creo que muchos de ellos han venido continuamente con nosotros para ver si podían sacar las fotos de la policía cargando y dándonos de palos” declara Aranguren. Dejando claro en todo momento que la prensa siempre les ha respetado y ayudado si lo han necesitado, nos recuerda que la misma siempre busca la máxima audiencia a toda costa. La imagen más ansiada por muchos medios es la de un policía cargando contra un pobre anciano. Sería una imagen que daría la vuelta al mundo y mucho juego en las redes sociales y otros campos.
Aranguren nos relata una situación que vivieron tras una de sus acciones. Los Mossos les rodearon y no les permitían marchar. Ellos se sentaron como forma de protesta. Al ver la situación que se estaba produciendo (y las consecuencias que la misma podía desatar) se empezaron a acumular medios y más medios de comunicación alrededor del cerco. Finalmente la policía, presionada por la aparición de tantos comunicadores, les dejó tranquilos y decidió no identificarles.
Los medios de comunicación han servido, en gran parte, para amplificar el mensaje de los Yayoflautas. El movimiento social se aprovecha de ellos consiguiendo un mayor impacto y más alcance, mientras que la prensa consigue imágenes y testimonios que gozan de una inmensa aceptación social.
Los Yayoflautas son en definitiva, un claro ejemplo de espíritu de lucha constante. Ante la injusticia, no han dudado en volver a salir a las calles de todo un país para protestar por los derechos que les pertenecen tal y como hicieron años atrás. Se han ganado el respeto nacional e internacional, y el apoyo incondicional de un gran número de personas. Inconformistas y reivindicativos, los Yayoflautas no cesaran en su lucha hasta cumplir con su mayor cometido: dejarles un mundo mejor a las futuras generaciones y ponerle punto y final a la injusticia social.